miércoles, 2 de abril de 2008


s un hecho irrefutable que muchas culturas tienen la creencia de que sus héroes guerreros , a la hora de la muerte, sus almas ocupan un lugar privilegiado en los mundos superiores ( llamese Avalon, Walhalla, Cielo, Olimpo, etc. ) Esta idea forma parte de una estructura que es muy similar en las distintas culturas. Dicha estructura se ha impregnado en nuestra psique (vease El hombre y sus símbolos de Carl Jung) y tiene un modelo universal o estructura similar, pero cuya forma representativa varia de cultura en cultura, por ejemplo el samurai en Japón o el ksatriya en la India, pero sin lugar a duda el representante, en occidente, es el Caballero Templario; nobleza, coraje, honor, una causa elevada son las virtudes que se nos viene a la mente con solo mencionarlo y con el agregado de un final trágico e injusto se completa perfectamente este arquetipo de un héroe.

Situación
El castillo de Ponferrada se encuentra situado en una colina que domina el río Sil desde sus 60 metros de altura, al borde de una meseta, en el municipio de Ponferrada, provincia de León. Ocupa una extensión de 8.000 metros cuadrados. Se encuentra en el cruce del Camino de Santiago entre León y Villafranca.
Historia
El castillo de Ponferrada fue originariamente un castro preromano y después una ciudadela romana que asolada en el siglo IX, fue desde el XI reconstruida y fortificada.En el siglo XII, los reyes de León donaron Ponferrada a la Orden del Temple con la misión de socorrer a los peregrinos que pasaran por este territorio. El castillo comenzó a construirse en el siglo XI, y perteneció a los Templarios hasta que, en 1312, se disolvió la orden y pasó a la Corona de León. En 1486 era propiedad de los Reyes Católicos. Durante la ocupación francesa de 1811, se encontraba en perfectas condiciones. En uno de sus salones, los oficiales del Regimiento de Monterrey ofrecieron un fabuloso baile en honor a las damas de la ciudad de Ponferrada. Posteriormente, fue mandado destruir para evitar que cayera en manos francesas.El castillo que hoy conocemos es el resultado de una larga serie de ampliaciones, reformas y añadidos que van desde la primera cerca de la planta cuadrada de principios del siglo XII, hasta las últimas zonas construídas a finales del siglo XV y principios del XVI. Posteriores incorporaciones y las numerosas reformas llevadas a cabo desde principios del siglo XX, han contribuído a la complejidad del conjunto, tal y como lo conocemos hoy en día. Los escudos y blasones de quienes lo ocuparon y contribuyeron en su construcción son prueba de sus diferentes etapas.Primer periodo, finales del siglo XII y principios del XIII:Cuando en 1178 Ponferrada pasa a depender de la Orden del Temple, por donación de los reyes leoneses, los templarios encuentran una pequeña fortaleza que fue en su origen castro y posteriormente ciudadela romana. Aunque el origen del castillo se sitúa ante del siglo XII, es en esta etapa cuando se refuerza y reedifica el recinto amurallado, con fábrica de cal y canto, para proteger y custodiar a los peregrinos del Camino de Santiago y defender la entrada a la zona noroeste de la península.Segundo periodo, siglos XIII y XIV:Disuelta la Orden del Temple, su maestre hará entrega de la fortaleza y villa al rey Fernando IV, que a su vez lo donará a su mayordomo, Pedro Fernández de Castro, Señor de Lemos y Sarria, que comenzaría a levantar la parte denominada Castillo Viejo, en la esquina norte de la cerca.Tercer periodo, segunda mitad del siglo XV:Durante este periodo fueron múltiples los acontecimientos que hicieron que el castillo retornara a la Corona y porteriormente a los Osorio-Castro. Época de grandes reformas, debidas a necesidades defensivas, llevaron a construir las Torres de Monclín, Cabrera, Malpica, la de la entrada y la de los Caracoles, la Barbacana, el puente levadizo, la zona palaciega, la torre de Malvecino y el Cubo Nuevo.Cuarto periodo, finales del siglo XV y principios del XVI:Tiempo durante el cual se fortalecerá la torre de Malvecino y se construirá la de Juan Torres, y probablemente la Mina o Coracha y sus baluartes. Posteriores incorporaciones, como las caballerizas en 1848, y las numerosas reformas y reparaciones llevadas a cabo desde principios del siglo XX, han contribuido a la complejidad del conjunto, tal y como hoy lo conocemos.
Descripción
Se considera uno de los castillos más representativos de la vida del Temple y uno de los modelos de la arquitectura militar de más hermosa silueta. Consta de un gran recinto poligonal con dobles y triples defensas formando barbacanas, torres, estancias y un gran patio bajo o albacar.La fortaleza tiene doble línea de murallas con diversas torres como Cabrera, Malvecino y Malpica. A éstas, se accede cruzando un foso por un puente levadizo. El espacio que lo separa de la última línea defensiva fue rellenado con escombros, creando un pasillo que sirve de mirador. También se encuentra protegida por almenas.El palacio o casa grande tiene carácter de residencia. Sus muros son menos gruesos y dispone de más puertas y ventanas que el resto de las construcciones del Castillo. Constaba de varias dependencias como la sala rica, un mirador con azulejos, la sala de armas, una capilla, una bodega, las caballerizas, el salón, las celdas y los patios. Se encuentra bastante conservada.La torre del homenaje se levanta altiva en la parte izquierda del patio de armas y tiene varias entradas. Cuenta con un puente levadizo. Tiene planta cuadrada y alcanza una altura de 24 metros. Conserva una preciosa inscripción en latín: .Se accede por el sur por una rampa que cruza el foso. La hermosa puerta principal está flanqueada por dos torreones unidos por un arco doble de medio punto y rematados con finas almenas. De ahí, se pasa al patio de armas donde, en su día, estuvieron las habitaciones de estos soldados-monjes.Es interesante caminar por su interior, donde podemos ver un pozo que se usaba como aljibe para recoger el agua de la lluvia.

Castillo de Turégano
Situado sobre el emplazamiento de un antiguo castro romano, la curiosa historia del castillo de Turégano, todavía controvertida, hace las delicias de historiadores.
Lo que está claro es que en el siglo XIII se construyó un templo de estilo románico de tres naves.


Ya en los siglos XV y XVI se embutió a la iglesia en unas murallas y fortificaciones que son las que actualmente le dan aspecto de castillo. Para ampliar la amalgama de estilos, en tiempos del barroco se añadió a la iglesia una airosa y desproporcionada espadaña.
La estampa del castillo de Turégano desde la plaza mayor del pueblo es una de las más nobles y pintorescas de Segovia
II.- Biografía del Campeador.
Rodrigo Díaz nació en Vivar, pequeña aldea situada a 7 kilómetros de la ciudad de Burgos en 1043. Hijo de Diego Laínez, noble caballero de la Corte Castellana y de una hija de Rodrigo Alvarez. Descendiente es por línea paterna de Laín Calvo, uno de los dos Jueces de Castilla.
A los 15 años quedó huérfano de padre y se crió en la corte del rey Fernando I junto al hijo del monarca, el príncipe Sancho. Ambos crecieron juntos y trabaron buena amistad durante cinco años. También se educó en las letras y en las leyes, seguramente en el monasterio de San Pedro de Cardeña, lecciones que le servirían posteriormente para representar en pleitos al mismo monasterio y también al mismísimo Alfonso VI el cual confió al burgalés numerosas misiones diplomáticas en las que debía conocer perfectamente las leyes.
Entre los años 1063 a 1072 fue el brazo derecho de don Sancho y guerreó junto a él en Zaragoza, Coimbra, y Zamora, época en la cual fue armado primeramente caballero y también nombrado Alférez y "príncipe de la hueste" de Sancho II.
A los 23 años obtuvo el título de "Campeador" -Campidoctor- al vencer en duelo personal al alférez del reino de Navarra.
A los 24 años era conocido ya como Cidi o Mío Cid, expresión de cariño y admiración.
Con la muerte de Sancho II en el cerco de Zamora y tras la jura de Santa Gadea tomada por Rodrigo al nuevo rey castellano, Alfonso VI, la suerte del Cid cambió y su gran capacidad fue desechada por la ira y envidia del nuevo monarca.
En 1081 el Cid es desterrado por primera vez de Castilla. 300 de los mejores caballeros castellanos le acompañaron en tan difícil situación. Esta etapa duró unos 6 años los cuales fueron aprovechados por Rodrigo y sus hombres para hacer de Zaragoza su cuartel general y luchar en el Levante.
Vuelve a Burgos en 1087 pero poco duró su paz con el rey por lo que marchó de hacia Valencia donde se convirtió en el protector del rey Al-Cádir y sometió a los reyezuelos de Albarracín y Alpuente.
El almorávide Yusuf cruza en 1089 el estrecho de Gibraltar y el rey Alfonso pide ayuda al caballero castellano, pero por una mal entendido entre ambos surge una nueva rencilla entre el rey y su leal súbdito y el monarca le destierra por segunda vez en 1089.
En los diez años siguientes, la fama del Cid se acrecentó espectacularmente al contrario que el reinado del rey. En menos de un año el Cid se hizo señor de los reinos moros de Lérida, Tortosa, Valencia, Denia, Albarracín, y Alpuente.
En torno al 1093, matan a su protegido de Valencia Al-Cádir, ciudad que fue tomada por Ben Yehhaf. El Cid asedió durante 19 meses la ciudad y finalmente entró triunfal en junio de 1094.
Rodrigo se convirtió en el señor de Valencia, otorgó a la ciudad un estatuto de justicia envidiable y equilibrado, restauró la religión cristiana y al mismo tiempo renovó la mezquita de los musulmanes, acuñó moneda, se rodeó de una corte de estilo oriental con poetas tanto árabes como cristianos y gentes eminentes en el mundo de las leyes, en definitiva, organizó con grandísima maestría la vida del municipio valenciano.
Aún habría de combatir numerosas batallas, como la que el mismo año le enfrentó al emperador almorávide Mahammad, sobrino de Yusuf, el cual se presentó a las puertas de Valencia con 150.000 caballeros. La victoria fue total, tan grande fue el número de enemigos como grande fue el botín a ellos recogido.
En 1097 muere en la batalla de Consuegra su único hijo varón, Diego.
El domingo 10 de julio de 1099, muere el Cid. Toda la cristiandad lloró su muerte.

III.- El Destierro.
Al morir Fernando I (primer rey de Castilla), divide su reino entre sus hijos. A Don García le da Galicia, a Don Alfonso León, Castilla a Don Sancho y Toro y Zamora a Doña Elvira y Doña Urraca respectivamente. Sancho no contento con el reparto intenta unificar los territorios con la ayuda de su alférez El Cid.
Juntos lucharon en varias batallas, entre ellas, el duelo judicial o campo de la verdad en el que el Cid derrotó al navarro Jimeno Garcés obteniendo el título de Campeador. también lucharon en las batallas de Llantada y Golpejar, en las cuales vencimos y derrotando a los leoneses, Alfonso pierde la corona de León en favor de Sancho, rey de Castilla. También acompañó el Cid al cerco de Zamora, donde el rey Sancho fue asesinado a traición por Bellido Dolfos.
Por ser el Cid jefe de las tropas del rey Sancho y por sus conocimientos jurídicos en Derecho Castellano, fue el mismo quien tomó juramento en la Iglesia de Santa Gadea de Burgos, a Don Alfonso, de no haber tenido arte ni parte en la muerte de Don Sancho.
Debido a esta razón, entre otras seguramente, el nuevo rey de Castilla, Alfonso VI, destituyó a Rodrigo de su cargo y nombró Alférez real a García Ordóñez, pasando el Cid a un segundo plano en la corte.
Tras esto, el Cid tomó matrimonio con Jimena, hija del Conde de Oviedo, nieta de Alfonso VI y biznieta de Alfonso V el 19 de Julio de 1074.
En 1079, se dirige a Sevilla para cobrar los tributos (parias) del rey de Sevilla a Alfonso VI. Esta en ello cuando él y el rey de Sevilla fueron atacados por el rey de Granada y García Ordoñez. Las mesnadas del Cid consiguen vencer a los asaltantes y Rodrigo humilla a García Ordóñez en el castillo de Cabra, pero a la vuelta a Burgos, este último, y Pedro Ansúrez, desencadenan traición contra el Cid, consiguiendo que Alfonso VI le destierre, y prohibe a todos los burgaleses darle ayuda o aposento alguno, como así dicen los versos del Cantar:
" Ya entra el Cid Ruy Díaz por Burgos;
sesenta pendones le acompañan.
Hombres y mujeres salen a verlo,
los burgaleses y burgalesas se asoman a las ventanas:
todos afligidos y llorosos.
De todas las bocas sale el mismo lamento:
¡Oh Dios, qué buen vasallo si tuviese buen Señor! "
Mio Çid Roy Díaz por Burgos entrove,
En sue compaña sessaenta pendones;
exien lo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone.
De las sus bocas todos dizían una razóne:
" Dios, que buen vassallo, si oviese buen señore! "

IV.- El Cantar del Cid.
Ni el mismísimo Cid podía imaginarse la trascendencia de su vida tras su muerte. Todos los juglares de los siglos posteriores a su muerte contarían en forma de cantares de gesta su vida y sus hazañas, así como también inventarían su leyenda.
Varios son los escritos sobre el Cid, pero destaca sobremanera el llamado Cantar de Mio Cid (nótese que no es Poema sino Cantar, ya que como letra de una canción ha de ser tomado y no texto de poema).
Así pues, El Cantar del Cid, es una canción recitada por los juglares de aquellos tiempos medievales. El texto que nos ha llegado, es una transcripción de un copista llamado Per Abbat en un manuscrito (del s. XIV, conservado en la Biblioteca Nacional). Aunque hay quien opina que pudiera ser el autor y no mero copista.
El manuscrito, al igual que su "primo" de La Chanson de Roland, no es de gran belleza y contiene varias faltas, algunas corregidas, esto es debido a una finalidad de uso por parte de los juglares y no para más altos menesteres.
Es posible que ya existiera un primitivo Cantar del Cid en 1120, aunque piensan los expertos que no seria de contenido como el conservado hasta 1207.

miércoles, 19 de marzo de 2008


VACACIONES DE SEMANA SANTA:

En estas vacaciones no voy a ningun lado que sepa.

Me gustaria ir a ARGENTINA el porque no lo se solo se que me encanta Argentina y muero por ir alli.

Lo mas seguro es que me quede en Segovia y quede con mis amigos y lo mas seguro es que me haga el piercings en el ombligo.

miércoles, 20 de febrero de 2008


Era la torre alminar de la mezquita.


Estabaunida al Alcázar por un lienzo de muralla porque cumplía misiones defensivas, de ahí que tenga rampas en vez de escalones, para poder subir a caballo.


Se puede tomar como fecha de inauguración el 10 de marzo de 1198, día en que se colocaron las tres manzanas grandes y doradas en su cúspidey que siguieron coronándola hasta el fatídico 24 de agosto de 1356 en que el terremoto las derribó. Hasta el 13 de agosto de 1568 no tuvo su forma definitiva con la incorporación del cuerpo de campanas y la veleta.


ANECDOTA


Anécdota
La torre fue coronada con una estatua gigante como veleta. Como la veleta gira, el nombre de la estatua deriva en Giralda (la que gira). La torre toma el nombre de la veleta y ésta se acaba convirtiendo en el Giraldillo (parte de la Giralda).