miércoles, 13 de febrero de 2008





La cueva de Altamira, descubierta por Marcelino Sanz de Sautuola en 1879, está ubicada en una colina próxima a la villa de Santillana del Mar, a tan solo dos kilómetros de dis- tancia ( por la CA-134 ). Su descubrimiento hace 120 años, suscitó una fuerte polémica entre los arqueólogos por la autenticidad de las mismas, ya que no creían capaces a los hombres prehistóricos de realizar unas pinturas tan perfectas.Actualmente, son las cuevas más importantes y famosas del Paleolítico a nivel mundial. La cueva de Altamira ha sido de- clarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es una de las joyas más importantes de Cantabria y, probablemente de España, dado su reconocimiento universal.
La entrada había permanecido clausurada hasta su descubrimiento por un derrumbe natural producido hace 13.000 años. Una vez dentro destaca por encima de todo, la sala de polícromos.Se trata de la estancia principal, que siempre sorprende a todo el que la visita por su especta- cularidad. Tal es así, que muchas veces se hace mención a esta sala denominándola la "capilla sixtina" del arte cuaternario.
En su techo se representan casi un centenar de animales y signos, destacando los 21 bisontes en distintas actitudes, acompañados de caballos, jabalíes, y toros, efectuados con técnicas diversas ( grabado, silueteado, pintado, raspado y efectos de sombreado ) que dan como resultado una composición de gran movimiento y belleza, única en el arte paleolítico. Su realización data de hace 14.000 años. La pintura está hecha con ocre natural de color sangriento y el contorno de las figuras con líneas negras de carbón vegetal. Son admirables las posturas de los bisontes, enco- gidos, saltando o en pie, pruebas latentes del ma- gistral expresionismo paleolítico. Destaca también la "Gran Cierva", la mayor figura pintada en la cueva, con 2,25 metros de longitud. La utilización del relieve del techo para expresar mayor realismo es una característica del pintor de Altamira. La cueva tiene un desarrollo longitudinal de 270 metros y numerosos grabados a lo largo de su recorrido.

Algunos de ellos, son incluso más antiguos, dado que las pinturas rojas pueden adscribirse al periodo solutrense, hace unos 20.000 años. También encontramos un importante yacimiento arqueológi- co en el vestíbulo. Por último, la zona más estrecha y baja de la cueva, a modo de corredor, se denomina "la cola". Es aquí donde se concentran una serie de signos negros, que se asemejan a techos de madera o a trampas de caza.
Su visita está restringida a 9.000 personas al año por motivos de conservación. No obstante, su visita es posible previa solicitud por escrito con bastante antelación. Además, ya se puede visitar la réplica exacta, cuya fidelidad y calidad satisfará el interés de los miles de visitantes que anualmente llegan a Santillana del Mar. El trabajo ha sido realizado por expertos durante varios años, logrando una magnífica réplica de este tesoro de la humanidad.

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